
A partir de Enero España y EE.UU. tiene la oportunidad de iniciar una nueva senda, muy alejada de los distanciamientos que han protagonizado los mandatarios de ambos países en los últimos cuatro años. No es razonable que dos economías fuertes e influyentes, con multitud de puntos en común, no hallen espacios para el diálogo de sus gobernantes.

Seguramente a Zapatero y a Obama les unen muchas cosas, y el segundo puede encontrar en el primero un aliado sólido en sus relaciones con la Unión Europea.
Esperemos que ambos sepan estar a la altura del reto, y que la confianza que muchos progresistas han depositado en ellos no se vean truncadas. De momento han sabido generar ilusión.
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