La decisión de Hannah (Hannah´s choice)

La decisión de la niña inglesa de trece años Hannah Jones, respaldada por sus padres, de no aceptar un transplante de corazón, hastiada ya de tratamientos y malos ratos, merece el mayor de los respetos a la vez que conmueve.

Es difícil ponerse en el pellejo de Hannah. Aquejada de una dura leucemia con tan solo cinco años, su vida ha sido un constante trasiego de hospitales y terapias. Todos con el objetivo buen fin de alargarle la vida. Pero Hannah se ha cansado ya de esta clase de vida que le ha tocado en suerte. Dicen los médicos que con fortuna aguantará seis meses, ella se comforma con pasar sus últimas navidades en familia.

Pero en esta historia hay algo que uno no termina de explicarse: los médicos del hospital llegaron a intentar, judicialmente, obligar a Hannah a ser operada, en contra de su manifiesta voluntad y de la de sus padres (a los que un tribunal hubiera tocado arrebatarles la patria potestad). Afortunadamente tal desatino no ha sido posible.

Ojalá viviéramos en un mundo ideal en que ninguna Hannah tuviera que tomar este tipo de complejas decisiones, pero no es así. Al resto sólo nos queda respetarla en silencio y, como mucho, emocionarnos.