Yes we can

Podemos. Con esta sencilla frase Obama ha sido capaz no sólo de arrastrar a millones de electores estadounidenses hacia las urnas, sino que también ha aglutinado alrededor de su potente discurso las esperanzas de ciudadanos de todo el mundo.

La futura designación de Obama como presidente de EE.UU. marca un antes y un después en la política de ese país, y quizá abra una senda para muchos otros. Muchos de los que lucharon por los derechos civiles en los años sesenta lloraban en la noche del martes de emoción. Un negro había ganado las elecciones.

Obama se enfrenta ahora a tres retos importantísimos: recuperar a su país de una profunda crisis ética y económica; reconstruir la confianza y las alianzas internacionales que el legado de Bush ha venido menoscabando; y demostrar a sus conciudadanos (y a buena parte del resto del mundo) que su condición racial nada tiene que ver con su capacidad para gobernar.

En estos días corren ríos de ilusión y esperanza, todos deseamos que ese hombre con aspecto de dandy y discurso embaucador sepa liderar el camino hacia una nueva etapa de diálogo, entendimiento y prosperidad. ¿Podemos? Yes, we can.