La mejores intenciones (Best intentions)

En estas fechas en las que a todos nos embarga un cierto sentimiento de alegría y de amor hacia el prójimo, en el que nos acercamos con rapidez al inicio de un nuevo año, es propicio hacer una lista de buenas intenciones, por si por casualidad calan en gobernantes, poderes económicos o ciudadanía en general:

- Que los gobiernos de la OCDE destinen al menos el 1% del PIB a los países del llamado Tercer Mundo.
- Que la avaricia desmedida e irresponsable sean castigadas como es debido.
- Que sea más sencillo recabar fondos para lograr acabar con el hambre en el Mundo que para tapar los agujeros de un puñado de bancos corruptos.
- Que nuestras necesidades tengan más que ver con aspectos no tangibles que con cosas materiales. Y que tengamos la suerte de satisfacerlas.
- Que los países ricos abramos un poco más la puerta a los que llegan desesperados huyendo de la inmundicia. O mejor aún, que les ayudemos a construir el paraíso en sus lugares de origen, para que no se vean obligados a abandonarlos.
- Que todos y cada uno de nosotros aportemos nuestro grano de arena para ayudar a los que más lo necesitan: desde un acto tan sencillo como hacernos de una ONG de garantías hasta uno tan complejo como trasladarnos al origen de la misera a dar el callo.

Con los mejores deseos, El Editorial.