
Los datos arrojados ayer por la EPA asustan: más de tres millones de parados, con una tasa que ronda el 14%. Pero lo que más acongoja es la acelerada marcha de la destrucción de empleo.
En este pavoroso contexto, el Gobierno no debe limitarse a pedir, candorosamente, a las empresas que mantengan a sus empleados y que hagan políticas que impidan que el problema empeore; debe ser más proactivo.
Las medidas adoptadas hasta la fecha van en la buena dirección, pero son insuficientes. Desde El Editorial recomendamos encarecidamente facilitar a los ciudadanos los trámites y las ayudas para que generen su propio empleo: subvenciones, asesoramiento, avales y simplificación de trámites. Hay sectores que presentan grandes oportunidades de crecimiento, y que nuestro país no está atendiendo como debiera: energía, nuevas tecnologías y gestión del conocimiento.
Es responsabilidad de este Gobierno liderar el impulso que nos haga despegar como país hacia una economía competitiva y moderna, ofreciendo una alternativa a los sectores clásicos que marcan nuestros ciclos: construcción y turismo.
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