Parece como si la Historia se empeñase en repetirse, o al menos en asemejarse a sí misma cada cierto tiempo.
La justicia española, tan garantista y tan lenta, discurre pausadamente, como un río de aguas semi-estancadas. Poco a poco la jueza del caso de espionaje en la Comunidad de Madrid avanza en sus diligencia y va citando a nuevos imputados. El escándalo mayúsculo de la utilización de fondos públicos para espiar al adversario (¡dentro de tu propio partido!) no puede saldarse sin más. Está en juego la salud democrática de un país que ya anda maltrecho en este aspecto.
El PP sigue en su deriva de imprevisibles consecuencias, envalentonado por unos sondeos que le conceden mínima ventaja, más gracias a la crisis que a su gestión, y olvidando que los ciudadanos tardan en reaccionar (como la justicia), pero que cuando lo hacen se muestran implacables.
martes, 28 de julio de 2009
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