EL RUMOR

viernes, 26 de agosto de 2011

Keynes, muerte por decreto


Peligrosos acuerdos los que se están gestando entre socialistas y conservadores en nuestro país. La izquierda se queda sin espacio, sin líderes y sin imaginación. Se entrega a la corriente insolidaria e hipócrita de la derecha.

Lamentablemente, todos estos acuerdos pueden terminar socavando la confianza de los electores en los partidos tradicionales, y pueden acabar radicalizando sus posturas. Ante el pensamiento único, rebelión.

Fijar un techo de gasto constitucionalmente (aunque, finalmente, se haya maquillado un poco la idea original) no es, en términos generales, una buena noticia. Especialmente en épocas de crisis la intervención del Estado se hace muy necesaria, para mantener los servicios básicos y para ayudar a los más desfavorecidos. Además, es el Estado el que puede poner en marcha políticas de inversión que animen la economía. El techo de gasto por sí mismo no es malo, pues el déficit se controla bien reduciendo los gastos, bien incrementando los ingresos (vía impuestos). Pero todo hace pensar que triunfará la primera opción.

Desde El Editorial recordamos un artículo que publicamos hace casi tres años, y recomendamos a la cúpula del PSOE que piense bien sus próximos movimientos, no sea que esté iniciando sin saberlo un largo peregrinaje por el desierto.

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