lunes, 10 de enero de 2011
Las consecuencias del Tea Party
El Tea Party, ese movimiento radical estadounidense de ultra-derecha, ha llevado la crispación a todos los ámbitos de la vida norteamericana. Sus proclamas extremistas, simplistas y xenófobas han calado en buena parte de la sociedad, particularmente en la denominada américa profunda.
La cara más visible de este movimiento es Sarah Palin, que tuvo la genial ocurrencia de señalar en su página personal a varios demócratas con una diana. Entre ellos se encontraba (ya ha retirado esta infame ilustración) la congresista Gabrielle Giffords, víctima de un atentado el pasado día 8. Quien siembra vientos recoge tempestades.
En España también tenemos nuestro propio, aunque de momento edulcorado, Tea Party, conformado por el ala más radical del PP y por un puñado de periodistas de extrema-derecha que encuentra cobijo en varios medios de comunicación supuestamente serios.
Desde El Editorial condenamos estas prácticas perniciosas, al tiempo que deseamos lo mejor a Gabrielle Giffords y su honesta causa.
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