
Desde El Editorial condenamos enérgicamente esta agresión, y deseamos que Pedro Alberto Cruz se recupere lo antes posible de sus heridas.
Al mismo tiempo, también denunciamos la ignominiosa campaña lanzada por algunos voceros de la derecha española, acusando veladamente a los sindicatos e, incluso, manifestando que el Ejecutivo nacional se muestra tibio con estas agresiones. Cuando aún no se tiene conocimiento de quiénes han sido los tres autores del crimen, y mucho menos de sus intenciones, es muy precipitado hacer valoraciones. Y, en todo caso, jamás podrán vincularse con unos sindicatos democráticos que lo único que pretenden es defender los derechos de los trabajadores, bastante pisoteados últimamente.
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