Una mala ley

Posiblemente esta mañana salga adelante en el Congreso el nuevo proyecto de ley que regula el aborto en España.

Es una mala ley. El Gobierno, con esta iniciativa, sigue promoviendo la escalada, ya señalada en numerosas ocasiones en El Editorial, de banalización del aborto. Conceder la libertad absoluta, sin ninguna clase de argumento o razón, a cada mujer, de manera individual, para poder abortar es menospreciar lo que significa un feto en gestación: la posibilidad real y viable de vida.

Además, el proyecto viene aderezado con la polémica de que las menores (a partir de los 16 años) puedan tomar dicha decisión sin el consentimiento paterno. Bastante duro de digerir.

En El Editorial no ocultamos, más al contrario, nuestra línea de pensamiento social-demócrata y progresista, pero consideramos muy poco progresista facilitar los cauces para finiquitar proyectos de vida de la misma manera que uno puede solicitar su baja de un suministro; es decir, sin dar cuentas a nada ni a nadie.

Una sociedad que concede tan poca importancia a estas cuestiones es una sociedad condenada a banalizar, igualmente, cualquier otro aspecto relevante que le afecte.