
- Las crisis suelen escorar a la derecha a los electores. Las personas, en general, son capaces de renunciar a parte de sus derechos con tal de seguir obteniendo ingresos.
- Desafección de los ciudadanos europeos por la propia Europa. ¿Qué es eso de Europa? ¿Para qué sirve? ¿Gano yo algo o me beneficio en algo? ¿En qué me afecta directamente?
- Pérdida descomunal de liderazgo de la socialdemocracia, con unos resultados desastrosos, justo cuando su recetario político y económico es más necesario y encuentra más eco (hasta en la derecha).
Desde El Editorial proponemos YA la implantación de la denominada Europa de dos velocidades: por un lado aquellos países que deseen seguir avanzando y por otros los que no. Los remilgos de Holanda, Reino Unido o Irlanda (por citar algunos ejemplos recientes), o el descomunal despiste en el que se sumergen los países del este, no pueden paralizar un proyecto que está haciendo aguas por todas partes.
Animo a Zapatero a tirar del carro europeo, y, emulando alianzas no tan lejanas en el tiempo, a que busque en Francia y en Alemania los puntos de encuentro que permitan un nuevo impulso al calcificado proyecto europeo, que desde la entrada en vigor del euro vive tiempos más bien tristes y tenebrosos.
En la presidencia europea del 2010 tiene el trampolín de lanzamiento.
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