
Obama se enfrenta a sus profecías, y para tener éxito debería actuar con mayor diligencia. El crédito de los líderes democráticos se agota pronto, así es la naturaleza del ser humano. Necesita ser alimentado de forma constante. Si Obama no impone un ritmo rápido de reformas al final los poderes fácticos, de manera silenciosa y sostenida, acabarán haciéndose con las riendas.
En El Editorial hemos sido numerosas veces críticos con Obama, pero también somos conscientes de que muchos cambios importantes en la política mundial sólo podrán llegar de su mano. Por eso le animamos a afrontar su destino con valentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario