EL RUMOR

domingo, 19 de septiembre de 2010

La tormenta que no cesa

Colaboración: Julen M. Ayuso (Vitoria- Gasteiz)

Ni antes, ni durante, ni después de las vacaciones dejan de desequilibrar. Con el fardo corruptivo que llevan encima, osan sistemáticamente ofender al de siempre y más, con lo cual el revoltijo político se pone candente y, para animar un poco más el festejo, el endémico chicharrón de los controladores aéreos vuelve a actualizarse con nuevas reivindicaciones en la vitrocerámica y recalentamiento posterior en el microondas.

“Trinidad Jiménez debe dimitir hoy” conminaba rápidamente en su día la derecha por medio de Pons, sobresaltada de pronto porque se preparan las primarias con vistas a las elecciones comunitarias madrileñas y, al parecer, no gusta que la hermosa Trini se presente. Acto seguido, los medios más reaccionarios del país unen sus descalificaciones hacia el mismo objetivo. Y ya no callan. No es nuevo: vienen desde principios del dos mil cuatro, que ya es decir, y se recrudecen antes, durante y después de las vacaciones veraniegas. Vive..., si te dejan. Que no cesa la tormenta.

Los estrategas del eterno aspirante conservador a gobernar la nación decidieron que sólo existe una táctica para intentar quitarse de en medio al apellidado Zapatero y a su entorno: el ataque directo a la persona y a todas horas, soltándole cada día tres o cuatro y hasta cinco denuestos. Y así ha sido y todavía no han parado. Justo es reconocer que, en dicho terreno, dichos asesores cumplen hasta con ingenio, lo cual viene bien al jefe y a sus portavoces a la hora de memorizar o leer los engendros que, acaso un día, consigan su fruto. Y el personal se divierte así un poco. Sólo mentes sinuosas son capaces de lucubrar tanto y, cual aguerridos paracaidistas, caer sobre Melilla, por ejemplo, en plan de amoladores inoportunos para zascandilear en faenas de quebrantahuesos. Por allí les dejamos entretenidos, pues, aquel día, montando la coreografía de la danza del sable, de Khatchaturian. Pero la dentera crónica les aniquila: con un tal Soler a la cabeza, siguieron golpeando a Trini, insultándole por su acento andaluz, etcétera... ¡Cuán escaso pundonor el de este derechismo de aquellos tiempos!...

No me resisto a reproducir una de las últimas perlas salidas en forma de asechanza, que fue leída días antes de iniciarse las vacaciones de Julio en el Congreso de los diputados por la portavoz consiguiente. No tiene quebranto ni desperdicio. Vean:

“... no hay lance extraño, no hay escándalo ni engaño en que no me hallara yo...”, etc., en versos de José Zorrilla, aludiendo hasta el final a un truhán de cuidado, en este caso al Presidente del Gobierno, para el cual deseó que de esa manera le consideraran las generaciones futuras. Qué fácil. Se lo escuchamos todos. No va más, con orgullo melodramático y sonrisas puntillosas buscando la “claque”. Vive..., si te dejan. Helado me dejaste, salerosa.

Si el ofendido por este y tantos ataques vuestros tuviera tiempo para replicarte, puedes tener la seguridad de que, con arreglo a su cortesía y a su galanura características, te hubiese dedicado asimismo estos versos, del mismo autor:

“... Yo te daré terciopelos y perfumes orientales, de Grecia te traeré velos y de Cachemira chales. Yo te daré blancas plumas para que adornes tu frente, más blancas que las espumas de nuestros mares de Oriente...

De todos modos, resulta simpática. Y es bonita, no lo vamos a negar: está bien. Al respecto, mi filósofo predilecto decía de una de las mujeres destacadas de la época: “Ni es tan fea que provoque el hundimiento del piso, ni tan guapa que obligue a dar vivas a la Monarquía”. Un término medio, vamos.

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