Ya lo sabíamos, pero él mismo lo ha certificado: Rajoy no arrimará el hombro para salir de la crisis. Es más, la crisis y él son compañeros de viaje, y el viaje del aspirante concluiría con el fin de la crisis.
Patético ayer Rajoy, al que lo sobraron hasta algunos minutos, sin tener nada más que decir. Ni una sola propuesta, ni un solo gesto de patriotismo, ni una sola pista de qué haría si llegara al Gobierno...
Una vez más, Rajoy una calamidad.
jueves, 15 de julio de 2010
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