EL RUMOR

martes, 18 de mayo de 2010

Tócala otra vez, Sam

Colaboración de Julen M. Ayuso (Vitoria):

La última de los cospedales: … “… queda demostrado que el Partido Popular es el partido de los trabajadores”… ¡Hala, morena! Era lo que faltaba por escuchar.

La estampa se ha convertido en clásica: el medio, carga constante de la brigada ramplona. La finalidad, entorpecer, fastidiar y desflorar el parterre. Su sueño, llegar al gobierno del país, como entonces, ¿recuerdas?... La penúltima temeridad: “lo que tiene que hacer el señor Zapatero es irse a su casa cuanto antes”, pronunciada con su habitual cachaza y descaro por la deslenguada de turno en su atril, a sabiendas, encima, de que si el caballero a quien alude la respondiese debidamente, lo haría con la educación y la mesura que le caracteriza, virtudes de las que ellos carecen en todo instante. La apoyatura de estos ansiosos es ahora el desastre griego, que les agradaría enormemente trasladar a terreno español. Y por ahí la emprenden a degüello.

Nada de cooperar cuando el país se encuentra en crisis. Por el contrario, ni pactos de Economía, ni de Educación, ni de Estado, ni nada de nada. Han creído ver en la situación una oportunidad para hacer campaña electoral y ahí les tenemos como añadidura a su curso de descalificaciones e insultos a discreción. Entretanto, nos escenifican un acto de xenofobia en Badalona, distribuyendo en persona panfletos ad hoc, con el beneplácito y la presencia entusiasta de la presidenta de su partido en Cataluña y su reparto personal de la frase “no queremos rumanos”.

¿A qué concepto se llama comúnmente xenofobia?...

Horas antes de materializarse esta curiosa anécdota, y ante la apabullante realidad de las manifestaciones que se celebraron el día anterior en homenaje a las víctimas del franquismo, con numerosas muestras de solidaridad en el extranjero, el renegado caporal de la derecha, que acostumbra a callar cuando se le inquiere por los problemas que le competen, comparecía una y otra vez ante los suyos para repetir que estas clamorosas demostraciones de compañerismo con quienes sufren y ha sufrido son “antidemocráticas”… La misma melodía otra vez. Pero…, ¿es que no sabe que, precisamente ahora, ante la indiscutible evidencia, ahora mismo es cuando debía callar?... En democracia y en este castigado país, ¿es antidemocrático expresarse contra el franquismo y contra el juez que auxilia a los damnificados por la dictadura?... ¿Para quién farfulla tanto dislate?... Un niño de la guerra le formula esta pregunta.

El citado juez Garzón –ahora suspendido de funciones en un andamiaje que le induce a considerar a otro juez, José Ricardo de Prada, “la profunda injusticia que puede causar la justicia”- instruyó con todo lujo de detalles la trama corrupta “Gürtell”, que tanto les afecta, pese a las sonrisas y las descalificaciones de “El Curita”. Parecen en efecto, ansiosos por dilucidar la certeza de aquella moderna y contradictoria sentencia: “Cuanto más afanamos, más nos votan”.

Con tantos signos de venganza y encarnizamiento, que todos los medios circunspectos y relevantes del extranjero rigurosamente critican, acaso estamos ante la triste fisonomía de una nación española desacreditada, como lo fuera en los años cuarenta – cincuenta. Al acecho, la demagogia y el populismo de la derecha, sus descalificaciones e insultos hacia Zapatero, los mismos insultos y descalificaciones que le infirieran antes de ganarles las primeras elecciones. Por eso, su atrabiliario caporal entona aquello de ·”aquí hay una alternativa” y pugna por inculcar a alguien que el presidente del Gobierno transmite la fiebre porcina o algo semejante. Es la canción del verano, la misma melodía de costumbre. Tócala otra vez, Sam.

Entonces, con esa predilección que tienen los masoquistas por conocer en detalle las cosas que más hacen sufrir, y que se asemeja tanto a las ganas que tienen siempre de tocar la guitarra los guitarristas infames, abandonamos por hoy la temática.

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