EL RUMOR

viernes, 31 de octubre de 2008

Salvajada en las aulas (Barbarity in the classrooms)


ETA colocó ayer una bomba en la Universidad de Navarra, en pleno horario lectivo y casi sin avisar. Tremendo.

Hace tiempo que los calificativos se agotan para denostar a esta banda de asesinos que han hecho del crimen una forma de vida (a falta de capacidad intelectual para ganarse el pan de otra manera). Los tres o cuatro con algún rastro de neuronas manipulan a un buen puñado enarbolando unos supuestos fines políticos que son incapaces de sostener en las urnas.

España es un país con una democracia avanzada y consolidada, y el terrorismo con una supuesta base ideológica no tiene cabida en nuestras fronteras. Cualquier puede defender una idea, cualquiera puede presentarse a unas elecciones y cualquiera puede resultar elegido (si es que lo votan). Hace ya mucho tiempo que los etarras no sólo no viven al servicio de los ideales que predican, sino que se han convertido en unos fascistas enemigos de la libertad que sólo desean imponer su voluntad a través de la fuerza y el dolor, sometiendo.

Los antiguos alumnos del IESE lo somos, de forma automática, también de la Universisdad de Navarra. Recibo puntualmente sus comunicados, sus revistas, y su sello está en mis diplomas y certificados, y hasta su logotipo adorna un llavero de plata que siempre me acompaña. Por eso hoy siento muy cercano este atentado, que bien pudo costarle la vida a un puñado de jóvenes inocentes.

Salvajes y paletos, más que salvajes: eso es lo que son los etarras.

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