EL RUMOR

viernes, 10 de febrero de 2012

España: podrida y neo-franquista


Indignados estamos. La justicia española no podía caer más bajo (y eso que en los últimos tiempos va de ridículo en ridículo y de catástrofe en catástrofe).

Desde El Editorial mostramos nuestra más enérgica condena a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Garzón, relacionado con las escuchas del caso Gürtel. Resulta inaudito todo lo relacionado con este caso de corrupción, el más escandaloso de la democracia en nuestro país.

También resulta inaudita la inquina y la persecución con la que ha sido perseguido Garzón en los últimos tiempos: hasta tres causas al mismo tiempo. No existen las casualidades. Escandaloso.

España sigue siendo el país ridículo y paleto del que se lamentaban Quevedo, Goya o Machado, por citar sólo algunos ejemplos. España sigue teniendo una democracia precaria, todavía tutelada por buena parte de los herederos del franquismo, que sometió a este país durante cuatro décadas. 

Amamos esta tierra, pero no por eso dejaremos de ver los defectos e imperfecciones que los españoles arrastramos. Porque somos nosotros, cada uno de nosotros, ciudadanos de este país, los responsables de esta situación; del histórico atraso de nuestro país en aspectos democráticos, científicos y culturales.

Sólo desde la tremenda ignorancia de gran parte de nuestros compatriotas puede explicarse la pasividad de la ciudadanía frente a la injusticia o la corrupción (que pasa poca factura en la urnas, especialmente a la derecha).

España está podrida. La justicia de nuestro país está podrida. Y un país que ve desmoronarse la confianza en las instituciones es un país en peligro; un país en el que los extremismos encuentran un caldo de cultivo ideal.

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