Valencia, el país de la mentira y la corrupción

La degradación de la vida política en particular y de la sociedad valenciana en general está llegando a extremos casi esperpénticos.
Ahora la defensa de Camps juega a admitir que los trajes fueron regalos (¡¿de verdad?!), todo con tal de evitar la imagen del President sentado en el banquillo. El PP ha descubierto, aunque ya lo sospechaba, que a su masivo electorado en Valencia le importa un bledo la mentira y la corrupción.
Desde El Editorial alertamos ante las nefastas consecuencias que para esa región, y de rebote para el resto de España, tendrá en el futuro próximo (aunque ya se están comenzando a atisbar) la deriva hacia el abismo de una ciudadanía que se ha entregado a la inmundicia, a la hipocresía y al espolio público sin miramientos.