EL RUMOR

martes, 16 de noviembre de 2010

LAS PERSONAS FORMALES

Colaboración de Julen M Ayuso (VITORIA):

Ya nos encontramos en la efervescencia previa de las elecciones catalanas y con todo el pescado vendido: CIU las va a ganar de calle. Está cantado. Vale y enhorabuena. Pero, si es así porque sí y el pueblo catalán lo celebra ya con los vencedores, ¿a qué juegan éstos todavía hoy, farfullando como farfullan, con enojo ciego hacia los contrarios?...

Artur Mas, el candidato de CIU a la Generalitat y a priori señalado vencedor, amenaza al Tripartito con anular decisiones legales adoptadas en favor de las capas sociales más afectadas por la crisis, pretextando que se trata de medidas efectuadas “in extremis” (¿?) (novbre 2010). Me parece incalificable este sofisma. La fantasmagoría amenaza de nuevo.

Ese mismo atractivo señor, de voz bien entonada y simpático, en declaraciones a PUBLICO (26 julio ppdo.) enfatizaba con suficiencia que era necesario atizar a Zapatero: “Hasta final de año procuraremos que el Gobierno haga lo que debe, etc... Pero este Gobierno y este Presidente no pueden llegar a 2012: están políticamente amortizados.. Y elecciones anticipadas, el año que viene, ¿por qué no?...Lo que no es bueno para el país es que este presidente llegue a abril de 2012. Dos años más con Zapatero al frente y no sé si el barco seguirá a flote, etc... Con nuestro voto Zapatero no llegará a las elecciones de 2012”... La obstinación es tan notable que a los catalanistas conservadores les va a dar algo si, por casualidad, Zapatero sí llega a esa fecha; claro que aguantando epítetos de todos los calibres.

Es, para ellos, el hombre de Laramie. Creo que se lanzan demasiados barbarismos y mentecaterías contra él, también desde este catalanista conservadurismo desabrochado.

Ya se pronunció asimismo el agradable señor Duran i Lleida en el propio mes citado: “Pase lo que pase en las elecciones catalanas, nosotros no vamos a apoyar los presupuestos de Zapatero”... Qué fijación tan reiterativa. No me grite, por favor, que ya me entero de nuevo: retumban últimamente en exceso sus adjetivos determinativos ultraconservadores. Y si ustedes piensan que a la ciudadanía le hacen gracia dialogismos y “drôleries” de perdonavidas tales como “¿Le dejamos caer a Zapatero o le mantenemos vivo y en precario?”, pronunciadas en la cena de los estrategas solemnes, pues harán muy bien en extender la carcajada, si ello les hace felices. Es que uno pensaba que lo mesurado de la expresión facial tenía que ver con la realidad personal. Debía estar equivocado. Emplea el lenguaje que quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres, que diría el atinado pensador.

Todos los grupos parlamentarios se encuentran tristemente solos en la cámara, pero cuando se trata de hostigar la ensalada para disuadir al pueblo de la realidad, haciéndole creer que la crisis mundial es logogrifo exclusivo de una sola persona, entonces se unen con facilidad. Sainetes como juntarse con Rosa Díez y el PP para derribar el pacto socialista sobre el Estatut, lo dicen claro. Cuando rematen el guisote que está en la lumbre, se frotarán las manos de placer y de risa. Se lo merecen por simpáticos y bien parecidos.

Dado ello por supuesto, déjense ya de cadáveres políticos y en su propio y modélico espejo contémplense. Me hacen una gracia inmensa estos arquetipos bellos, atildados y de formalista apariencia, que se erigen en árbitros de devenires históricos, afilando tan bien la lengua. ¡Caramba, con las personas formales!...

El mundo es un teatro magnífico, pero el reparto de la obra es malísimo
(Oscar Wilde)

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